
Cuando todo iba bien, o por lo menos eso creía yo... Todas mis meteduras de patas tanto pasadas como las que pude hacer hoy mismo, se me juntan en una sola para recordarme que las cosas no las había hecho tan bien como yo pensaba.
En estos momentos me entran ganas de volver atrás, pegarme ostias contra la pared, de gritar, llorar, suicidarme, pero no.
Ella apareció, y sin yo pedirle nada a cambio me ayudó sin pensárselo dos veces. Compartimos penas y momentos de alegría, lloros y risas, peleas y abrazos, confesiones y secretos... Y aunque después de todo, yo no pudiese solucionar nada sino enredar las cosas más aún, tú estuviste ahí.
No te echaste atrás, ni te arrepentiste en ningún momento, mantuviste tu palabra...
Te agradezco todo lo que has hecho por mí, eres una de las personas que más me han ayudado y mira que eres más pequeña... Y pensaba que sería yo la que te daría los consejos y sermones... Pero veo que no, que para esto no hay edad pequeña.
Que sepas, que ahora me toca a mí, que ahora eres tú la que debe sentarse y respirar hondo... Y dejar que te ayude, que hable yo por ti.
Niña, eres demasiado buena para merecerte el trato que te dan. Algún día te darás cuenta de que en este mundo no siempre hay que portarse bien, porque la gente que verdaderamente no te quiere, no respetará ni apreciará lo que vayas hacer por ellos. A veces hay que ser buena, y aunque el otro no quiera nuestra ayuda, dársela para que después no digan que no le ayudaste, y ya después podrás sufrir todos los insultos y borderías que te vayan a decir, pero por lo menos tú hiciste bien y no pueden negártelo.
Pero en otras ocasiones niña, debes de ser dura y contenerte las ganas de ayudar, porque al final serás tú la que necesite ayuda... Y en esos momentos en los que no hayas podido ser dura debido a tu inocencia, ahí estaré yo para espabilarte y abrirte los ojos, para que veas bien todo lo que te perdiste por intentar ayudar a una persona que no apreció lo que hacías por él.
Solo te digo que debes de estar tranquila. Si verdaderamente él era tu amigo, no va a querer perderte ni tan siquiera por esa niña, porque por muchas cosas que hagas tanto buenas como malas, a él no se le va a pasar por la cabeza la ligera idea de olvidarte, poque tú eres mucho más importante que cualquier absurda discusión. Y las palabras "déjame en paz" y "no me vuelvas a hablar" no las tomes en cuenta, son malos momentos que se pasan... Todos hemos pasado por un día pésimo, típico día en el que no sabes controlarte.